Takbar Haddi lleva 33 días en huelga de hambre y su salud se deteriora camino de la fatalidad. Hoy ha sido la cuarta vez que ha sido hospitalizada desde que inició su abstinencia y, aún así, todo indica que esta madre saharaui pretende llegar hasta las últimas consecuencias, si es necesario, con tal de conseguir que el Gobierno de Marruecos le entregue el cuerpo de su hijo muerto a causa de una paliza de un grupo de colonos, la dejación de las autoridades marroquíes y la negligencia intencionada de personal médico en El Aaiún ocupado.
Ante este asesinato, el régimen alauita no solamente no ha iniciado una investigación neutral para esclarecer los hechos y circunstancias del crimen, sino que además se niega a entregarle a Takbar Haddi el cuerpo de su hijo para que ésta pueda reclamar la autopsia. Y todo esto ha ocurrido mientras el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha decidido que la MINURSO continúe sin asumir las competencias necesarias para que esta muerte y el resto de violaciones de los derechos humanos que se cometen diariamente en el territorio ocupado se investiguen y sean objeto de observación y vigilancia por parte de la comunidad internacional.