Las elecciones al Parlamento Europeo para el próximo 9 de junio se presentan como cruciales para que, en el contexto de guerra por la invasión de Ucrania y el genocidio en Gaza, los europeos podamos decidir si Europa debe continuar por la senda belicista a la que nos han llevado los distintos gobiernos de la Unión o si, por el contrario, es hora de apostar por la paz, el respeto de los derechos humanos y el cumplimiento de la legislación internacional.
El pueblo saharaui sabe muy bien de qué estamos hablando, pues, en los últimos años y desde Europa, no solo se ha favorecido el contexto de la guerra que enfrenta al Frente Polisario con Marruecos desde 2020 y se ha blanqueado la represión marroquí en el Sáhara ocupado, sino que, además, la propia Unión Europea incumple lo dictaminado por sus propios tribunales en lo que respecta a los acuerdos comerciales que tiene esta con la monarquía alauita para expoliar los recursos naturales del Sáhara Occidental.
Pero veamos qué dicen los diferentes partidos políticos en relación al conflicto del Sáhara en los programas electorales que presentan para este próximo 9J.
A las puertas de las elecciones al Parlamento Europeo, la Unión Europea (UE) presencia casi impasible el genocidio que Israel perpetra en la Franja de Gaza. No hay medidas en forma de sanciones o cualquier otra actuación internacional coordinada de tipo económico, diplomático, académico o cultural contra el Estado sionista para que pare la matanza. Al contrario, se le sigue suministrando armamento a Israel desde algunos de los países que conforman la Unión. Lo ha hecho España después del pasado 7 de octubre, y lo hace, por ejemplo, también Alemania, que, siendo el segundo país que más armas vende al Estado judío por detrás de los EEUU, se ha convertido también en su principal valedor entre los países integrantes de la UE. Esto último se explica por el complejo de culpa que el país germano tiene por lo ocurrido con los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero lo sucedido entonces no debería justificar un apoyo para que parte de aquellos que consiguieron huir del exterminio nazi cometan ahora también un genocidio pero contra el pueblo palestino.
Sí que ha habido tres países – dos de la UE (España e Irlanda) y uno de fuera de ella (Noruega) – que han reconocido al Estado palestino este pasado 28 de mayo. Pero, aunque es una muy buena noticia, este reconocimiento no es lo que los palestinos necesitan ahora con más urgencia, sino lo impostergable es que se pare ya la matanza no solo en Gaza, sino también en Cisjordania, donde, solo en 2023, ya se contaron alrededor de 500 muertos palestinos a manos de colonos israelíes. Y, en Cisjordania, no está Hamás. Pero no hay sanciones contra Israel. Tan solo palabras y el reconocimiento de un Estado prometido a los palestinos hace ya mucho tiempo, un acto que tiene más de simbólico que de práctico precisamente por la ocupación israelí sobre el territorio.
Sorprende que quien lidera este grupo de países que han reconocido a Palestina como Estado sea el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pues, como hemos comentado antes, ha comprado y vendido armas a Israel durante estos meses de limpieza étnica contra los palestinos. Pero sorprende también porque, mientras ha hecho suyo el reconocimiento de un Estado para los palestinos, les niega tal cosa a los saharauis, dándose el caso de que, aquí sí, España es directamente responsable del Sáhara Occidental, puesto que, según dictaminó el consultor de Naciones Unidas Hans Corell en 2022, España sigue siendo la potencia administradora del territorio, el único en África pendiente de descolonización.
Pero Pedro Sánchez no solo no reconoce a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un Estado ya reconocido por más de otros 80 Estados, sino que le niega al pueblo saharaui el derecho a la autodeterminación al haberse posicionado, desde marzo de 2022, en favor de la ocupación militar de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, blanqueando el Gobierno español, de esta manera, la represión que ejerce el régimen marroquí en unos territorios ocupados donde los derechos humanos son vulnerados de una forma sistemática.
Pero, como decimos, los palestinos necesitan algo más que se les reconozca un Estado. Urge una fuerte presión internacional sobre el Gobierno de Netanyahu para que cese el genocidio en Gaza. Si Sánchez quiere de verdad hacer algo para intentar parar esa masacre de civiles, debería amenazar con romper relaciones con el Estado sionista. Pero Sánchez se atreve con Argentina, después de que su presidente, Javier Milei, tachara de corrupta a su mujer, Begoña Gómez. Pero no osa hacer lo mismo con Israel, a pesar de que un genocidio es infinitamente peor que un insulto, por grave que este sea.
En cuanto a la Unión Europea, no todo en ella es cumplimento y respeto por los derechos humanos. En países como Alemania, Francia y, ya fuera de la Unión, Reino Unido, se han prohibido las manifestaciones de apoyo a Palestina, vulnerándose así los derechos a la libertad de expresión y de manifestación. Sin embargo, las protestas solo hacen que multiplicarse en sus diferentes formas, como en las acampadas universitarias que fueron levantadas en un inicio en los EEUU y que han llegado hasta Australia pasando también por Europa. En Barcelona, estas se apuntaron un interesante tanto, pues los estudiantes acampados consiguieron que la Universidad de Barcelona rompiera, como institución, sus relaciones con Israel.
Quizá este apoyo tan extendido a la causa palestina en España y fuera de ella sea lo que explique más el reconocimiento del Estado palestino por parte del Gobierno de Pedro Sánchez a tan solo diez días de las elecciones europeas.
Pero en la Europa que presume de exportar valores de libertad, democracia y respecto a los derechos humanos, también se producen graves retrocesos en estos ámbitos dentro de sus fronteras. El periodista vasco Pablo González está, a día de hoy, cumpliendo más de dos años de secuestro en una cárcel de un país miembro de la Unión Europea, Polonia, con la complicidad del Gobierno y los medios de comunicación españoles. El pasado 17 de mayo, las autoridades polacas prorrogaron por novena vez su prisión provisional. González se enfrenta a 10 años de prisión sin que, por el momento, haya juicio a la vista ni se hayan presentado pruebas inculpatorias. En el contexto de la guerra en Ucrania, el derecho a la información en la UE también se ha visto mermado en este caso, como lo estuvo también con el veto impuesto a los medios públicos rusos Russia Today y Sputnik tras el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero de 2022.
En lo que respecta al Sáhara Occidental, la Unión Europea tampoco respeta aquí el derecho internacional establecido ni los dictámenes que sus propios tribunales de justicia emiten en relación a los acuerdos comerciales que esta tiene con Marruecos. En estos tratados, los recursos naturales del Sáhara Occidental, que pertenecen a la población autóctona del territorio, es decir, a los saharauis, se comercializan entre la monarquía alauita y la UE, a pesar de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) han ido fallando en estos últimos años, como con las sentencias de 2016, 2018 y 2021, en favor de los derechos del pueblo saharaui señalando que el Sáhara Occidental es un territorio distinto de Marruecos y que aún es un territorio pendiente de descolonización. Sin embargo, y a pesar de todo, la Unión Europea sigue usurpando recursos naturales a los saharauis como son la pesca, fosfatos, productos agrícolas y hasta arena del Sáhara Occidental violando así la legalidad internacional y contribuyendo a un expolio promovido por y en beneficio de Marruecos, quien ha ido construyendo, con sus élites y el mundo empresarial marroquí, un entramado institucional y de infraestructuras destinado a normalizar, legitimar y consolidar la anexión ilegítima del territorio saharaui.
Como vemos, no todo lo que reluce es oro en el jardín europeo del que hablaba no hace mucho el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, pues hay mucho que hacer para construir una Unión Europea respetuosa con la legalidad internacional y los derechos humanos. Pero la retórica neocolonial y belicista empaña no solo los discursos políticos por toda la Unión, sino también la propaganda que arrojan los medios de comunicación a lo largo y ancho del viejo continente.
Pero ciñámonos a lo que dicen sobre el conflicto del Sáhara Occidental los diferentes partidos políticos en sus programas electorales para el próximo 9 de junio.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) viene de ganar las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo, aunque está por ver si su candidato, Salvador Illa, consigue formar gobierno. De momento, los equipos negociadores de los partidos no enseñan las cartas para que no se vean perjudicadas, para el 9J, las formaciones a las que representan. Pero el PSOE cuenta con los conejos que su secretario general, Pedro Sánchez, saca de la chistera siempre antes de unos comicios. Sobreactuó con el caso de lawfare contra su mujer antes de las elecciones al Parlament de Catalunya y le salió bien. Y ahora ha hecho lo mismo con el conflicto diplomático que le ha enfrentado al presidente argentino, Javier Milei, tras la intervención de este en la convención internacional ultra de Vox el pasado 19 de mayo, en la que acusó a Gómez de corrupta.
En cuanto al conflicto en Oriente Medio, Sánchez sabe que la mayoría de la opinión pública en el Estado español simpatiza con la causa palestina y cree que su decisión de reconocer al Estado palestino le va a dar rédito, como se lo ha dado en estos últimos dos años su apoyo incondicional a Ucrania criticando la invasión de Rusia sobre este país. Pero lejos de hacer lo mismo con otra ocupación, la de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, en el conflicto de la cuestión saharaui el presidente del Gobierno español se ha posicionado públicamente, y desde el 22 de marzo de 2022, en favor de la ocupación del Sáhara por parte de Marruecos. Por esto sorprende que, en su programa electoral para el 9 de junio, el PSOE diga lo siguiente en su página 96:
- En relación con el Sáhara Occidental, promoveremos también desde el marco de la UE acciones de apoyo al Enviado Personal del Secretario General de Naciones Unidas y encaminadas a alcanzar una solución en el marco de las Naciones Unidas. Impulsaremos asimismo la ayuda humanitaria de la Unión Europea a la población saharaui en los campamentos.
Más escueto es el programa electoral del Partido Popular (PP), que la formación lo presenta como un Manifiesto de tan solo ocho páginas en las que, en ninguna de ellas, aparece mención alguna al Sáhara Occidental o al pueblo saharaui.
Ocurre algo similar con el programa electoral que presenta Ciudadanos (CS), un documento de tan solo siete paginas con unos “70 compromisos” en los que en ninguno figuran el Sáhara Occidental ni los saharauis.
Por su parte, Vox presenta, como su programa electoral, un breve decálogo de diez puntos en el que tampoco se hace mención alguna al Sáhara.
En cambio, en el espacio de ámbito estatal y a la izquierda del PSOE, las dos formaciones que, de alguna manera, compiten entre sí, estos son Sumar y Podemos, apuestan claramente por el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y por el cumplimiento de España y la Unión Europea con la legalidad internacional también en el conflicto del Sáhara.
Sumar llega a estas elecciones en caída libre tras los malos resultados recogidos en las elecciones autonómicas de los últimos meses en las tres nacionalidades históricas del Estado español. En Galicia, tierra de su líder, Yolanda Díaz, no llegaron a entrar en el Parlamento, mientras que, en Euskadi, solo consiguieron un diputado. Con la marca Comuns – Sumar, el pasado 12 de mayo cosecharon el peor resultado de la historia de este espacio político en Catalunya.
Estos resultados tan negativos se explican por la decisión de Díaz de romper el espacio de la izquierda de estos últimos años. Con una obsesión de matar políticamente a Podemos y su intención de llevar a esta formación a la irrelevancia política, lo que está consiguiendo Díaz es llevar a esa irrelevancia a su plataforma Sumar, un paraguas político al que se han abrigado formaciones como Izquierda Unida (IU) y otras hostiles con Podemos, como son Más Madrid – Más País, escisión de la formación morada, y Compromís. Incomprensiblemente, para este roto de la izquierda también se han sumado los Comuns, alejándose del espíritu del 15M y de la idea de conformar un gran frente de izquierdas en Catalunya.
Para las elecciones generales del 23J, en 2023, Yolanda Díaz designó a la hoy diputada saharaui Tesh Sidi como candidata en el puesto número tres en la lista de Sumar por Madrid. Sin embargo, colocó también al diplomático Agustín Santos como número dos en esa misma candidatura de la formación, algo que levantó algunas ampollas entre los saharauis y el movimiento de solidaridad con el pueblo del Sáhara Occidental, pues se acusaba a Santos de participar, en su etapa al frente del Gabinete del ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos, entre julio de 2008 a enero de 2011, en la “estrategia liderada” por este ministro del Gobierno Zapatero para “perpetuar y legitimar la ocupación ilegal y la explotación de los recursos naturales del Sáhara Occidental”, según rezaba un comunicado de Juventud Activa Saharaui (JAS) de aquellos días.
Pero veamos qué propone para el Sáhara esta formación en su programa electoral. En su punto 2.23 del apartado “Construir un nuevo multilateralismo democrático”, se compromete a lo siguiente:
- Apoyaremos, también desde el marco europeo, el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui, dando marcha atrás al cambio de posición adoptado en nuestro país, reforzando las relaciones diplomáticas al más alto nivel con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), ampliando el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO). Todo ello, basándonos en las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre recursos naturales, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para una solución justa, pacífica y duradera mediante referéndum y los procesos de diálogo impulsados por el enviado personal del secretario general de Naciones Unidas.
La adscripción de Sumar en los primeros puestos de la lista electoral irá al espacio del Grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea en el Parlamento Europeo, y hay que ir hasta el cuarto puesto, con el representante de IU, Manu Pineda, para que haya un diputado de Sumar adscrito en el grupo La Izquierda en el Parlamento Europeo – GUE/NGL. Desde la izquierda, esta adscripción de Sumar a los verdes europeos ha recibido numerosas críticas por el seguidismo que este grupo parlamentario hace de los dictados de los EEUU y la OTAN, denotándose una retórica belicista y atlantista en sus filas muy evidente sobre todo en relación con el conflicto en Ucrania.
Podemos, por su parte, ha colocado a Irene Montero como cabeza de lista de la formación para las elecciones del próximo 9 de junio. Tras salirse de Sumar por el ostracismo al que era sometida la formación morada dentro de la coalición – recordemos que se privó a Podemos de portavocía adjunta alguna en el Congreso de los Diputados y la posibilidad, pues, de presentar ninguna iniciativa, siendo la gota que colmó el vaso la negativa de Sumar para que los morados pudieran intervenir en una comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, sobre la cuestión Palestina en diciembre de 2023 – Podemos ha apostado por la ex ministra de Igualdad para tratar de recuperar visibilidad y representación.
En su programa electoral para el 9J, se propone lo siguiente respecto al conflicto del Sáhara Occidental:
- Libre determinación para el pueblo saharaui. La Unión Europea no puede permitir que España, potencia administradora del Sáhara Occidental según las Naciones Unidas, se pliegue a la decisión unilateral de Pedro Sánchez de respaldar el plan de ocupación de Marruecos. En este sentido, apoyaremos con acciones concretas el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui y la celebración de un referéndum, con la base jurídica de las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE sobre recursos naturales, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para una solución justa y pacífica mediante referéndum y los procesos de diálogo impulsados por el enviado especial, así como las resoluciones de la Unión Africana. Respecto a las sentencias sobre el acuerdo de pesca, exigiremos que la Unión Europea respete a sus propios tribunales y ceje en su empeño de negociar los acuerdos de pesca en aguas saharauis con Marruecos. Se promoverá el establecimiento de relaciones diplomáticas de alto nivel con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y la ampliación del mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), para que adquiera competencias en la protección y promoción de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la población saharaui. Promoveremos el aumento de la ayuda humanitaria para la población refugiada saharaui. Defenderemos los derechos de las personas defensoras de derechos humanos saharauis que actualmente son violentadas, perseguidas y encarceladas por el régimen marroquí.
Por su parte, la coalición electoral Ahora Repúblicas, conformada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Euskal Herria Bildu (EH Bildu), el Bloque Nacionalista Galego (BNG) y Ara Més, presenta un breve manifiesto común, aunque algunas de estas formaciones, como ERC, EH Bildu y BNG, presentan también un programa electoral propio. Sin embargo, y a pesar de ser estas unas formaciones siempre solidarias con el pueblo saharaui y que ambicionan una república para sus respectivas naciones, solo en el documento electoral presentado por el BNG se hace referencia al Sáhara Occidental y al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. En el séptimo punto, llamado “Pola paz, o antiimperialismo e contra as políticas de guerra”, la formación nacionalista gallega reclama lo siguiente para los saharauis:
- Así mesmo, no marco da inminente sentenza do Tribunal de Xustiza Europeo sobre o Sáhara Occidental, continuaremos na defensa activa no Intergrupo do Sáhara Occidental para o respecto do dereito de autodeterminación do Pobo saharauí. Tamén continuaremos a relación con outros Pobos irmáns como o pobo curdo, os pobos de América Latina e o Caribe no marco da asemblea paritaria Eurolat e as relacións bilaterais que ten o BNG con outras nacións sen estado da Europa e do resto do mundo.
Sorprende que, en el programa electoral de ERC, se haga una propuesta, en su página 87, para que la UE deba “asegurarse la estabilidad en la ribera sur” del Mediterraneo y, por tanto, haga también “de mediadora en el conflicto latente entre Argelia y Marruecos”. En el mismo bloque de política internacional, habla de Ucrania, Gaza y la promoción de la democracia tanto en Libia como en Túnez, pero se olvida por completo del Sáhara Occidental.
ERC viene de llevarse, el pasado 12 de mayo, un batacazo electoral que, con toda seguridad, apartará al aún president en funciones Pere Aragonès de la presidencia de la Generalitat de Catalunya en esta próxima legislatura, pero la formación nacionalista aspira a obtener unos buenos resultados con la coalición con la que se presenta a estas elecciones del próximo 9 de junio.
Por su parte, Junts per Catalunya se vio privada de una buena noche electoral el día de las elecciones catalanas no ya tanto por sus propios resultados, que mejoró respecto a los anteriores comicios para el Parlament de Catalunya, sino porque los malos cosechados por su socio en esta última década, ERC, hacen muy difícil que Carles Puigdemont tenga opciones reales de volver a ser president después de algunos años en el exilio.
Junts per Catalunya no menciona al Sáhara Occidental en su programa electoral, aunque, por los votos de esta formación en el Congreso – y la historia tanto de Convergencia i Unió como del propio Puigdemont –, podemos deducir qué posicionamiento tendrá al respecto. Sin ir más lejos, el pasado 23 de mayo, el Congreso de los Diputados aprobó una moción presentada por el PP para instar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que vuelva a la senda de la supuesta neutralidad en la que se hallaba antes del 22 de marzo de 2022 en la cuestión del Sáhara Occidental y que deje de apoyar el plan de autonomía marroquí para el territorio saharaui. Votaron a favor de la moción Sumar, Podemos, EH Bildu, ERC y PNV, mientras que el PSOE votaba en contra. Por su parte, Junts se abstuvo.
Por último, el programa electoral del otro partido con actual representación en el Parlamento Europeo, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), miembro actual de la Coalición por una Europa Solidaria – CEUS, con la que se presenta junto a Coalición Canaria, El Pi, Geroa Socialverdes y Atarrabia, tampoco hace mención alguna al Sáhara Occidental.
Una vez visto lo que dicen en sus programas electorales los diferentes partidos políticos con representación actual en el Parlamento Europeo, ¡este próximo 9 de junio, vota Sáhara!
(*) Foto de cabecera: el Parlamento Europeo.