Anoche estalló el espectáculo en el festival Esperanzah!, en el barrio de Sant Cosme. Manu Chao y sus músicos de La Ventura se entregaron por completo por casi tres horas de concierto. No defraudaron en nada. Más bien, su vitalidad contagió absolutamente a todos los allí presentes. La multitud correspondió con excitación y entusiasmo en todas sus canciones mientras Manu, como artista global que es, introducía en sus letras numerosas referencias a pueblos y causas de todo el mundo. Pero para sólo uno de ellos fueron repetidamente varias de estas menciones, pues, a lo largo de su actuación, Manu se fue acordando del pueblo saharaui cuya bandera presidió el escenario desde el inicio del concierto.
Este fin de semana está siendo la séptima edición del festival Esperanzah!, la Fiesta de la Economía Solidaria que, como cada año, se celebra en el barrio de Sant Cosme, en el Prat de Llobregat (Barcelona). Y una vez más, Manu Chao vuelve a ser el artista más esperado.
Manu y sus músicos no dieron tregua a los allí presentes y mantuvieron una excitación sostenida durante dos horas y media largas de concierto. Y como ya viene siendo habitual en sus actuaciones, la bandera saharaui estuvo presente en el escenario de principio a fin. Continúa, pues, su compromiso con el pueblo saharaui desde aquel viaje que Manu realizó a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en 2008.
Fue con motivo de la V edición del FiSahara, el Festival Internacional de Cine en el Sahara. Como venía siendo ya habitual, el festival de cine que dirige Javier Corcuera se celebró en el campamento de Dajla, el más alejado de Rabuni y de la ciudad argelina de Tinduf. En aquella ocasión, otros nombres del mundo de la cultura bajaron también al festival para mostrar su apoyo al pueblo saharaui, como Rosa Maria Sardà, Carmelo Gómez y Willy Toledo. Pero entre ellos, quizá el nombre más destacado sea el de Javier Bardem, que, desde entonces, y siguiendo la estela de su madre, Pilar Bardem, se ha convertido en un ferviente defensor de la causa saharaui, como se ha podido comprobar esta misma semana cuando ha presentado, junto a su madre y un centenar más de otros actores, cineastas, escritores, periodistas, políticos y activistas, un texto firmado con el cual hacen un llamamiento a la resolución justa y definitiva del conflicto del Sahara Occidental.
De aquel encuentro en el desierto de Tinduf, en 2008, no sólo nació el idilio de Javier Bardem con los saharauis. También se estableció un estrecho vínculo entre este pueblo del desierto y Manu Chao, quien, ya en aquel viaje, se comprometió a ser un embajador más de la causa saharaui. Y así lo ha sido desde entonces, pues, en sus actuaciones, no sólo son frecuentes las referencias a los saharauis sino que también, como comprobamos ayer mismo, su bandera siempre está presente en la escenografia de sus conciertos.
El siguiente vídeo subido a YouTube es de aquellos días en el FiSahara 2008, en el campamento de Dajla. En el registro se escucha parte de una entrevista a Manu en la Radio Nacional Saharaui y se puede ver parte de su actuación en la clausura del festival con Javier Bardem acompañándole en la percusión en algún momento del concierto:
Allí en Dajla, Manu Chao y su guitarrista Madjid se abrieron para siempre al pueblo saharaui. No solamente se acordaron de los saharauis de la otra parte del muro, sino que ofrecieron su apoyo incondicional a su lucha y se comprometieron a hacer todo lo posible para ser un portavoz más de su causa. Cumplidores con su palabra, así lo van haciendo en sus actuaciones por todo el mundo y, anoche, el Esperanzah! no fue una excepción: la dedicatoria del tema Clandestino fue para el pueblo saharaui, aunque, mientras transcurría la canción, la dedicatoria llegó también para los ahogados del Estrecho de Gibraltar, a los que intentan llegar a Lampedusa y, por extensión, al resto de migrantes que arriesgan sus vidas cruzando el gran cementerio en que se ha convertido el Mediterráneo.
Como es habitual en él, fueron recurrentes las menciones a otros pueblos y naciones de todo el globo. De esta manera, se pasó también por Senegal, México, Cuba, Uruguay, Argentina y la Italia natal de Gianluca Ria y Gabriele Blandini, los que más «soplan» de la banda – son trombonista y trompetista respectivamente- . Con los ritmos trepidantes del bajista Gambeat y el percusionista Garbancito, uno también es Bienvenido a Tijuana, Bolivia y Guatemala, o advertido de las calamidades de Palestina, Monrovia o Faluya en Rinin’ in Paradize. Chiapas, Argelia, Brasil y la misma Barcelona son otros de los muchos lugares por los que discurre la música mestiza de Manu Chao y La Ventura.
En el concierto, tampoco se pasaron por alto otros conflictos sociales como el drama de los refugiados que huyen de las guerras, en parte mencionado antes, o el conflicto de Semilla Libre con la Monsanto Company.
Y de repente, una vez más «¡Pueblo saharaui aquí presente!» en Por la carrertera …
Manu Chao es un artista global, y el mensaje del pueblo saharaui tiene garantizada su difusión mientras sea necesario porque viajará con él allá donde le lleve su música. Y con él, la próxima estación siempre es la Esperanzah!
(*) La foto de cabecera del artículo está extraída de www.esperanzah.es