Nuevos muros se alzan en Europa. Se quieren poner cortapisas a la última ola de refugiados que huyen de la miseria y las guerras. Mientras tanto, otras barreras físicas llevan tiempo levantadas por el mundo y se hacen cada vez más infranqueables. No todas pretenden frenar los flujos migratorios y existe, incluso, el muro que crece con el fin de invadir cada vez más territorio, como el de Israel en Palestina. Aún así, de casi todos se habla poco o nada, como si conviniera que se mantuvieran en pie.
Pero hay uno de estos muros del cual no se habla nunca. Por increíble que parezca, es un muro que se ha levantado en medio del desierto y a lo largo de 2720 kilómetros dividiendo de norte a sur el territorio del Sahara Occidental. Los saharauis están convencidos de que un día este muro también caerá. Pero mientras ese momento no llega, Marruecos continua imponiendo su barbarie a un lado de él.