Takbar Haddi, la «madre coraje» saharaui

Takbar Haddi ha sido protagonista esta semana en Barcelona. Llegó el pasado lunes 24 a la ciudad para recibir, esa misma noche, un caluroso homenaje en el concierto solidario Toca un Blues pel Sàhara II en la sala Luz de Gas, donde, a manos de Lluís Llach, se le hizo entrega del galardón ‘Els ulls de Dajla 2016’ a la solidaridad y los derechos humanos.

En los dos días siguientes, sería escuchada en el Parlament de Catalunya, en un acto posterior organizado por la Federació ACAPS y en la ciudad vecina de L’Hospitalet de Llobregat, donde se reunió con el primer teniente alcalde del consistorio ante la presencia de la televisión local. Allí donde fue, ofreció el testimonio de su infatigable lucha por recuperar el cuerpo de su hijo asesinado en febrero de 2015 en el Sahara ocupado.

Quienes asistimos a cualquiera de estos encuentros con Takbar pudimos percibir la fortaleza que desprende esta “madre coraje” saharaui que no desiste en la batalla por dignificar la muerte de su hijo en manos de la ocupación marroquí.

 

Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, murió el 8 de febrero de 2015 después de ser atacado por un grupo de colonos marroquíes y tras las idas y venidas entre algunos hospitales y la comisaría central de El Aaiún mientras era custodiado por la policía del régimen. Desde entonces, la administración marroquí retiene el cuerpo del joven saharaui mientras que su madre no cesa en el intento por recuperarlo y poder darle una sepultura digna entre los suyos.

Hace ya año y medio, en este mismo espacio, explicamos el quién y el por qué de Takbar Haddi en un artículo titulado 33 días de huelga de hambre de Takbar Haddi y que se publicó tres días antes de que Takbar se viera forzada a abandonar su ayuno para ser hospitalizada tras un total de 36 días de huelga de hambre. A día de hoy, Takbar continúa haciéndose oír con otras formas de protesta.

Es precisamente por la tenacidad y perseverancia en su lucha que la organización del concierto solidario Toca un blues pel Sàhara II, la Associació per al desenvolupament de Projectes Solidaris al Sàhara (APSS), decidió concederle el galardón «Els ulls de Dajla 2016» a la solidaridad y los derechos humanos.

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Cartel del concierto solidario «Toca un blues pel Sàhara II» organizado por la APSS para el pasado 24 de octubre, en Barcelona

El concierto fue organizado en beneficio de las víctimas de las minas antipersona y para combatir la diabetes en los campamentos de refugiados saharauis. En él, se dieron cita artistas como la saharaui Aziza Brahim, Gerard Quintana, Amadeu Casas y Exess-Jaime Stinus, así como la Barcelona Gospel Messengers. La presentación del acto corrió a cargo de Toni Albá y Lluís Llach se encargó de hacer entrega del galardón de homenaje a Takbar Haddi.

Al día siguiente, el martes 25, Takbar fue recibida en el Parlament de Catalunya por un intergrupo de todos los grupos parlamentarios con representación en la cámara que escuchó sus reivindicaciones y de donde surgió una iniciativa para presentar una reclamación al Gobierno español con el fin de que todas las demandas de Takbar obtengan alguna respuesta.

Otro de los actos previstos durante su visita a Barcelona, fue el organizado por la Federació ACAPS (Associació de Catalunya d’Amics del Poble Sahrauí), donde Takbar reiteró la responsabilidad del Estado español no sólo ante la traumática situación por la que están pasando ella y su familia, sino también ante todo el pueblo saharaui en general, puesto que, tal y como establece la legalidad internacional, España sigue siendo la potencia administradora del Sahara Occidental, territorio aún pendiente de descolonización.

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Takbar Haddi, durante su intervención el pasado 25 de octubre, en Barcelona, acompañado por Mah Yahdih, delegado adjunto del Frente Polisario en Catalunya / foto: @lluisrodricap

Para Takbar Haddi, el asesinato de su hijo Haidala está directamente ligado a la ocupación militar que sufre el pueblo saharaui desde que España entregó ilegalmente el Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania, en 1975. Desde entonces, los saharauis en la zona ocupada viven bajo la represión constante de las autoridades marroquíes y son ciudadanos de segunda en su propia tierra. Así lo vive la familia de Takbar en El Aaiún y así es para todos los saharauis en el Sahara ocupado.

Pero Takbar Haddi denuncia un especial acoso hacia su familia desde hace bastante tiempo atrás. Concretamente, desde que su hijo Haidala, cuando contaba con tan sólo unos 12 años, fue detenido en una manifestación pacífica y conducido a una comisaría de policía donde recibió una fuerte paliza. Su madre cuenta que aquella vivencia le llevó, a partir de entonces, a desafiar con más determinación la ocupación de Marruecos.

Pero el acoso por parte de las autoridades marroquíes se intensificaba a medida que Haidala continuaba acudiendo, siempre de forma pacífica, a manifestaciones en favor de la libertad y los derechos del pueblo saharaui.

El hostigamiento en el Sahara ocupado toma formas muy diversas, y los saharauis conocen bien los métodos: la colocación de hachís en alguna mochila o chaqueta de algún chico saharaui, agresiones inventadas hacia alguna autoridad o falsas acusaciones de otros delitos que no se han cometido y que se traducen en meses y hasta años de cárcel.

Los saharauis en la zona ocupada también saben que nadie va a escuchar sus quejas o clamores de justicia ante estos hechos, pues la policía y los jueces son todos marroquíes y forman parte todos de la estructura administrativa de la ocupación. Es significativo que no haya ningún médico saharaui en el Sahara ocupado. Y por supuesto, tampoco ningún juez. Y los pocos abogados que hay tienen muy limitada su capacidad de acción.

Pero otra de las formas de hostigamiento contra la población saharaui en el territorio ocupado es el acoso constante por parte de la población colona marroquí. Haidala era víctima de este tipo de intimidaciones, hasta que todo desembocó en un fatal desenlace para la familia de Takbar Haddi a partir del 31 de enero de 2015. Ese fatídico día, Mohamed Lamin Haidala fue atacado por unos colonos marroquíes cuya agresión le condujo a la muerte pocos días después. Estos son los hechos que acontecieron aquellos días.

Agonía y muerte de Mohamed Lamin Haidala

Mohamed Lamin Haidala, de 21 años, se encontraba frente a su casa ese último día de enero de 2015 cuando fue alcanzado en la cabeza por una piedra lanzada por el colono marroquí Dinar Bouchaib. Rápidamente, Dinar y otros cuatro colonos que le acompañaban se abalanzaron sobre Haidala para ensañarse con él. Uno de ellos, incluso, llegó a clavarle unas tijeras en el cuello provocándole una grave hemorragia.

La policía, que acudió al lugar de los hechos, se ofreció para trasladar a Haidala al hospital, pero la familia se negó en vistas al trato vejatorio que esta misma policía había infligido anteriormente al joven saharaui. Finalmente Haidala fue traslado por una ambulancia hacia el hospital Ben El Mehdi, de El Aaiún.

Cuando, en el hospital, el médico que lo cosió con carácter de urgencia conoció que el paciente se trataba de un activista saharaui, se negó a hacerle un escáner a pesar de las peticiones expresas de los familiares de Haidala. Posteriormente, fue trasladado a la comisaría de policía donde permaneció 48 horas.

Su estado de salud fue empeorando esos dos días y acabó siendo trasladado otra vez al mismo hospital, donde la familia, en vano, continuó reclamando un tratamiento más adecuado para Haidala.

Como tenía que ser presentado ante el juez de Primera Instancia, ese día 2 de febrero sus heridas fueron tratadas y limpiadas con el fin de que recobrara la consciencia, pero visto el estado de gravedad en el que se encontraba Haidala, el juez suspendió la sesión hasta el día 5 de febrero.

Los días siguientes, Haidala los pasó en casa, pero no hacía más que empeorar, hasta que la familia decidió volver a trasladarlo al hospital al ver que el joven saharaui empezó a echar sangre por la boca. Una vez en el hospital, el mismo médico que lo atendió días atrás siguió negándose a hacerle una prueba de escáner, tal y como volvió a reclamar el tío de Haidala y hermano de Takbar.

De poco valieron las reclamaciones interpuestas. Lo único que consiguió la familia de Haidala fue quedarse esa noche en el hospital junto a él sin que el médico hiciera nada más.

Por la mañana del día 3 de febrero, y dada su gravedad, Haidala fue trasladado al Hospital Hassan II, también en El Aaiún, donde una médico, al ver las complicaciones del paciente, lo remitió otra vez al Ben El Mehdi, el hospital de donde venía.

Ese mismo día, Haidala fue sometido a un procedimiento de drenaje sobre las heridas con el cual perdió mucha sangre.

El día 4 de febrero, Haidala presentaba un estado agónico, terminal, y se tramitó su traslado al Hospital de Agadir, ya en Marruecos. El hermano de Takbar Haddi y tío de Haidala solicitó que trasladaran al paciente en avión, puesto que muchas horas de carretera podrían ser fatales para su sobrino. Pero su solicitud fue de nuevo denegada.

Así que Haidala es trasladado durante la noche por carretera llegando a las 10h de la mañana a una clínica privada de Agadir. La clínica, vista la gravedad del paciente, no lo admite y es conducido a otro hospital, de nombre también Hassan II, en la misma ciudad.

En este último hospital, y alegando que el enfermo llegó en un estado de salud demasiado grave, comunican a la familia que no podrían evitar su muerte. Efectivamente, y después de su paso por la unidad de cuidados intensivos, Mohamed Lamin Haidala muere el 8 de febrero de 2015 a las 3’50h de la madrugada.

 Takbar Haddi inicia su lucha

A todo esto, Takbar Haddi, que reside en Santa Cruz de Tenerife, llevaba días tratando de llegar a El Aaiún encontrándose con dificultades para conseguir un pasaje. Finalmente, consigue uno para el día 9, una vez fallecido su hijo. En los días precederos, fueron su hermano y su marido quienes acompañaron en todo momento a su hijo Haidala.

Una vez en El Aaiún, Takbar Haddi interpuso, junto a su familia, una denuncia al Tribunal de Primera Instancia de El Aaiún, pero sólo se detienen a dos de los cinco agresores de Haidala. Uno es Dinar Bouchaib, el que lanzó la piedra a Haidala. El otro detenido es Abderrahim Bouchaib, hermano de Dinar. Ninguno de los dos detenidos es el que clavó las tijeras en el cuello de Haidala.

Takbar Haddi y su familia interpusieron una segunda denuncia, esta vez al Ministerio de Justicia. Por supuesto, no obtuvieron respuesta alguna.

Por su parte, las autoridades marroquíes no solamente no iniciaron una investigación independiente para esclarecer las circunstancias de la muerte de Haidala, sino que además se negaron a entregar su cuerpo a su madre a menos que ésta firmara la partida de defunción y renunciara a una autopsia o cualquier otra investigación que comprometiera al médico que atendió a su hijo en el hospital Ben El Mehdi y a la policía. Incluso se le llegó a ofrecer 90.000€ por su silencio. Pero a pesar de los chantajes, Takbar Haddi nunca ha renunciado a reclamar una autopsia realizada por un forense imparcial con una investigación independiente que esclarezca los hechos que envuelven la muerte de su hijo.

Takbar Haddi regresó a Canarias y prosiguió allí sus reclamaciones iniciando, el 15 de mayo de 2015, una huelga de hambre delante del consulado marroquí en Las Palmas de Gran Canaria para reivindicar los legítimos derechos que tiene como persona y como madre para que se le devuelva el cuerpo de su hijo.

Takbar estuvo 36 días en huelga de hambre frente al Consulado de Marruecos, y fue al peligrar gravemente su vida por la abstinencia de alimentos cuando algunos voluntarios tomaron el relevo de su ayuno durante algún tiempo más. Por este rotativo de ayunos solidarios con Takbar pasaron, entre otros, artistas, como Amparo Sánchez, y políticos, como el diputado por Unidos Podemos, Diego Cañamero. También acudían a ofrecer su apoyo otras personalidades como la diputada andaluza por Podemos, Teresa Rodríguez, o la activista saharaui Aminetu Haidar.

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Takbar Haddi, el pasado 25 de octubre, en Barcelona, mostrando un cartel con la foto de su hijo, Mohamed Lamin Haidala / foto: @lluisrodricap

Desde entonces, la persistencia del testimonio de Takbar la ha llevado a recorrer ayuntamientos, parlamentos autonómicos y otros muchos foros por todo el Estado español para explicar su lucha consiguiendo, incluso, hacerse escuchar ante las Naciones Unidas, donde, en la sede de la organización en Ginebra, la ‘madre coraje’ saharaui expuso su demanda ante la 29ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y denunció la impunidad con que la población civil saharaui es reprimida y torturada en el Sahara Occidental ocupado. A veces, incluso, con resultado de muerte, como ocurrió con el caso de su hijo Haidala.

Cuando volvió a Las Palmas de Gran Canaria, la Policía Nacional le impidió por la fuerza continuar con sus reivindicaciones frente al consulado marroquí y, tras pasar tres noches durmiendo en la playa, se trasladó a la plaza de la Feria, donde se encuentra la Delegación del Gobierno español. Desde entonces, han transcurrido un año y dos meses desde que Takbar Haddi decidió llevar allí su protesta y permanecer cada día en esa plaza desde las 9h de la mañana hasta las 21h, haga sol, frío o llueva.

Desde allí, ha remitido cartas al ya otra vez presidente Rajoy sin que obtuviera ninguna respuesta ni de él ni del Gobierno. Sí que le respondieron de la Delegación del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria, ante cuya sede permanece la protesta de Takbar. Pero la respuesta fue a través de la secretaria del delegado del Gobierno, que le comunicó que éste podía atenderle sólo por teléfono. Takbar se negó a que la entrevista con el delegado se limitara a una llamada de móbil.

Takbar Haddi nunca olvida que su petición no sólo la hace como madre, sino también como saharaui, pues la muerte de su hijo es consecuencia directa de la represión ejercida por la ocupación marroquí. Por ese motivo, en sus intervenciones allá donde es invitada, Takbar siempre lleva consigo algunos carteles con imágenes de otras víctimas que va exhibiendo para denunciar que son muchos los casos que hay que lamentar y que, a día de hoy, se siguen sucediendo en el Sahara ocupado. De esta forma, no se olvida de los continuos secuestros en manos de las fuerzas de ocupación marroquíes, los casos de desaparecidos desde el año 1975, los encarcelamientos ilegales o detenciones arbitrarias con condenas preestablecidas de meses o años, como las de Gdeim Izik o de otros activistas que pacíficamente han reclamado libertad en su propia tierra.

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Takbar Haddi, en un momento de su intervención el pasado 25 de octubre, en Barcelona, junto al periodista y escritor saharaui, Ali Salem Iselmu Abderrahaman / foto: @lluisrodricap

Y mientras Takbar pronuncia sus discursos, va señalando algunas de las víctimas que llenan sus carteles y va explicando quienes son y qué les ocurrió. De esta forma, recuerda quien era Brahim Saika, el sindicalista muerto tras ser torturado y protagonizar una huelga de hambre; Said Dambar, asesinado por un disparo en la cabeza por la policía marroquí; o, entre otros, Mohamed Fadel Jatri Ahnan, asesinado en la ciudad ocupada de Dajla y sobrino del conocido defensor saharaui de los derechos humanos Hmad Hamad.

Asesorada y apoyada por Eugenio Sánchez, representante de la Asociación por los Derechos Humanos (APDH), Takbar Haddi habla de cuatro principales reivindicaciones:

1) La exhumación del cuerpo de su hijo y una autopsia realizada por un forense imparcial con una investigación independiente que lleve a cabo un proceso judicial contra los responsables, tanto directos como indirectos, de la muerte su hijo.

2) La inmediata liberación de todos los presos políticos saharauis y que se dé con el paradero de todos los desaparecidos a lo largo de este conflicto, de los cuales existen unos 500 casos documentados desde 1975.

3) La recuperación de la nacionalidad española de todos los saharauis que la soliciten.

4) La denuncia de los ilegales Acuerdos Tripartitos de Madrid, de 1975, y que España asuma, de una vez por todas, la responsabilidad que tiene como país, a quien recae, según la legislación internacional, el peso de ser de iure la potencia administradora del territorio del Sahara Occidental. Takbar Haddi reclama que el Estado español ejerza, de una vez por todas, un proceso de descolonización definitivo y que, mientras tanto, preserve la protección y la defensa de los derechos humanos de la población saharaui en el territorio ocupado, tal y como lo establece el artículo 73 del Capítulo XI de la Carta de Naciones Unidas.

Explica Takbar que aún es hoy cuando sus reivindicaciones originan respuestas en forma de amenazas e incluso de agresiones físicas y violentas contra su familia en el El Aaiún ocupado por parte de las autoridades marroquíes, como la que tuvo lugar al día siguiente de reanudar su protesta a su regreso de la visita a la sede de las NNUU en Ginebra. Aquel día en El Aaiún, su familia casi tiene que lamentar la pérdida de un ojo de la hermana de Takbar después de que la policía marroquí echara abajo la puerta del domicilio y entrara haciendo destrozos en el mobiliario y agrediendo a quien se encontraba dentro de la casa.

El asedio permanente de la policía marroquí persigue minar la integridad psicológica de los miembros de esta familia. A veces, incluso, los agentes hacen sonar el claxon cuando pasan delante de la casa de la familia de Takbar para hacer notar su presencia.

Por su parte, Takbar Haddi también recibe amenazas en suelo español, donde reside. Pero ella no desiste en su lucha. “Sé que mi hijo no va a volver, pero tengo todo el derecho a enterrarlo y a saber qué ocurrió”, dice, a pesar de todo. “Pero aguantaré hasta el último latido de mi corazón para que se haga justicia con la muerte de mi hijo”.

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Takbar Haddi, ante la Delegación del Gobierno de España, en Las Palmas de Gran Canaria / foto enviada hoy mismo por Takbar Haddi

Este fin de semana, Takbar Haddi vuelve a estar, otra vez, como cada día, frente a Delegación del Gobierno en las Palmas de Gran Canaria. Y seguirá allí también mañana y los días siguientes que hagan falta hasta que le devuelvan, de una vez por todas, el cuerpo de Haidala.

 

 

(*) Foto de cabecera: Intervención de Takbar Haddi, el pasado  25  de octubre, en Barcelona, con Núria Salamé, presidenta de la Federació ACAPS (primera por la izquierda), Mah Yahdih, delegado adjunto del Frente Polisario en Catalunya (segundo por la izquierda), y el periodista y escritor saharaui, Ali Salem Iselmu Abderrahaman (a la derecha de la imagen).

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